lunes, enero 29, 2007

¿3ra Revolucion Industrial?

Amigos y colega,

Como podrán observar estoy incursionando por este medio de comunicación generando un blog específico relacionado con la carrera que estudio, Relaciones públicas. Aquí plasmaré ideas disparadoras y observaciones relacionadas con la materia para generar un lugar de discución. Estoy abierto a que envíen las noticias que quieran compartir para poder subirlas a este medio, espero contar con el apoyo de todos ustedes. Seguramente las primeras publicaciones no brillarán tanto, pero estoy seguro que esta va a mejorar y vamos a crear un lindo punto de encuentro.

En esta primera oportunidad quiero compartir con ustedes una nota muy interesante que encontré en INFOBAE PROFESIONAL donde cuentan el caso de éxito corporativo de google. Creo que en los día de hoy es un ejemplo emblemático a seguir y seguramente va a marcar una tendencia como lo hizo Henry Ford en su momento.

Recuerdo todavía un poco de la historia relacionada con la primera Revolución Industrial, también conocida como Revolución Científico Tecnológica (RCT), se gestó durante casi 300 años, pero su expresión tecnológica se dio en la revolución industrial y sus efectos se prolongan hasta 1780, donde podemos destacar cambios principalmente agrícolas, el desarrollo del capital comercial y cambios demográficos-sociales. Luego pasamos por una segunda La segunda Revolución científico técnica se inicia a fines del siglo XIX (1850-1880). Al finalizar la séptima década del siglo XIX, la primera fase del capitalismo, la fase del libre comercio, comienza a mostrar signos de debilidad. En 1873, se inicia la segunda gran crisis del capitalismo, a la que se le denominó "la Gran Depresión" y aunque hubo recuperaciones en 1880 y 1888, estas fueron pasajeras prosiguiendo la crisis hasta mediados de la década de 1890.
Las principales innovaciones tecnológicas de la segunda revolución industrial fueron: La producción de acero a bajo costo, la incorporación de la electricidad y el petróleo para permitir la utilización del motor eléctrico y de combustión interna en el sistema económico.
Hoy algo está pasando!! Leí en Infobae Profesional una nota relacionada con la empresa Google, donde cuentan cómo es un caso exitoso de cultura corporativa y de negocio. Un lugar donde no hay horarios, los salarios son muy buenos, la gente se traslada en patines, skates, los uniformes no existen y todos tiene acceso al CEO de la empresa...

Qué está pasando? Evidentemente está habiendo una nueva revolución, a pesar de que muchos no creían que pudiera haber otra en muchos años. Pero hoy Google está sembrando la semilla para hablar otro lenguaje corporativo donde el placer esta vinculado a lo laboral, donde la creatividad es el foco principal.

Los invito a revisar la nota que leí en Infobae profesional y que me digan cuáles con las características de esta 3ra Revolución industrial o Revolución Google.

Características que yo veo:

- Flexibilidad laboral
- Desestructuración de roles.
- Desestructuración de la formalidad
- El capital humano comienza a tomar valor
- Horizontalidad socio-organizacional - Verticalidad Jerárquica
- Sociales empresariales
- Canales informales = Canales formales
- Publicidad Sustentable
- Todos tienen oportunidades
- Valores humanizados
- Globalización
- Creatividad, foco principal
- Imagen corporativa, desde el público interno al externo


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NOTICIA: 23 de enero de 2007
FUENTE: Infobae Profesional

Google por dentro: la vida del buscador más exitoso

Un clima de trabajo que promueve la investigación continua y el desarrollo profesional, una de las claves de un gigante que mueve más de U$S 10.000 al año


Imaginar las características, en cuanto a organización, de un sistema capaz de efectuar búsquedas a través de 8.000 millones de páginas instaladas en la red –y más de 800 millones de imágenes– se exhibe, sin lugar a dudas, como una de las tareas más difíciles para todo aquel que en algún momento recurrió a www.google.com para dar con un determinado contenido.

Abocada a dar una profunda aproximación al mundo Google, la edición online del diario español El País acaba de publicar un informe en el que brinda un pantallazo sumamente amplio de la actividad concerniente a Googleplex, la sede central de la herramienta de rastreo situada en plena California, Estados Unidos.

Así, la fuente en cuestión da cuenta de hombres y mujeres gestionando una maquinaria capaz de atender 1.000 millones de consultas diarias, y un centro de poder que factura en torno a los 10.000 millones de dólares anuales, los horarios no existen, y los empleados se desplazan por el lugar en rollers o skate.

Googleplex es un sitio en el que las bromas e inquietudes provenientes de 3.000 cerebros en permanente actividad forman parte del creciente éxito e influencia de, sin dudas, la compañía más importante de internet. Como bien detalla El País, la firma reúne a los ingenieros informáticos más brillantes del mundo quienes, además, son los que más dinero ganan, los que mejor comen, los que más se divierten y los que más fácilmente pueden dedicarse a explorar sus propios intereses dentro de su tiempo de trabajo.

Igualmente, todas estas bondades se ven niveladas con las exigencias previas de contratación estipuladas con el fin de realzar la calidad del personal que ingresa a Google (que contempla un régimen de, al menos, ocho entrevistas eliminatorias) y la constante presión que significa el estar innovando a cada minuto.

A pesar de esto, un informe reciente de la revista Fortune calificó a Google como la mejor empresa para trabajar. De acuerdo a la publicación, la firma recibe al día más de 1.300 solicitudes de trabajo, gracias a su liderazgo en el sector, pero también a la cultura corporativa que ha hecho famosa a la empresa como un espacio de trabajo relajado y cercano a la vida en un campus universitario.


Cómo es Googleplex
Google trabaja en 112 países, pero el corazón de todo su negocio o mejor, su cerebro está en Mountain View, en pleno Silicon Valley. Googleplex no es una ciudad, es un conjunto de edificios situados a cierta distancia, que los "googlers" recorren a pie, en bicicleta o en skate. El predio de la firma está a una hora en tren de San Francisco, y a un tiempo indefinido en coche, así que Google ha puesto a disposición de sus empleados varios ómnibus gratuitos que realizan diariamente el recorrido entre la ciudad y la empresa.

En estas unidades hay acceso inalámbrico a internet. Los ingenieros pueden de ese modo usar sus portátiles para trabajar mientras se desplazan al trabajo o vuelven a sus hogares. Así, ya no pueden perder el tiempo ni en los baños ni en el regreso de la oficina.

Dicen que Google sirve las mejores comidas de todo Silicon Valley, cortesía de su primer cocinero, Charlie Ayers, antiguo chef de Grateful Dead. Al parecer, los fundadores de la compañía, Larry Page y Sergey Brin, querían que sus trabajadores fueran productivos y no perdieran tiempo al salir de la empresa para comer, así que le pidieron que las comidas fueran sanas, variadas y sabrosas. Y lo son.

Hay una cocina en cada planta de cada edificio, con bebidas, fruta fresca y tentempiés. Todo gratis. Y hay 11 cafeterías, entre ellas una de comida orgánica, donde todo lo que se consume ha sido cultivado allí. Es parte de su declaración culinaria de intenciones, que luce en las paredes: la comida será fresca, se usarán distribuidores locales, y se animará la creatividad de los cocineros.


Cómo se organiza
El presidente, Eric Schmidt, cree que la compañía tiende de, forma natural, al caos. “En el día a día no estás muy seguro de lo que sucede. Este proyecto quizá se lance, este otro quizá esté en problemas, este otro es una nueva idea. Cada día miramos qué funciona y qué no”. En un día cualquiera, por ejemplo, Schmidt y su equipo han revisado los sistemas que utilizan en los centros de datos, los acuerdos en publicidad, y el funcionamiento de la niña bonita, YouTube, que acaba de ser adquirida por unos 1.600 millones de dólares. “Al final estamos todos cansados, nos vamos a dormir y, al día siguiente, hacemos lo mismo pero es completamente diferente. Sí quieres trabajar en algo creativo, porque sientes que tus ideas se escuchan”, detalla.

Los ingenieros confirman que ésta es una compañía distinta. Marissa Mayer, la vicepresidenta, lo explica dibujando un triángulo. Cuenta que la organización de la mayor parte de las empresas modernas procede del mundo industrial, de las líneas de ensamblaje, donde alguien siempre supervisaba el trabajo de otro. “Es una organización piramidal, donde cada empleado realiza un trabajo individual que es supervisado por otro trabajador, que a su vez es supervisado por un gerente y así hasta llegar al presidente”.

Google, asegura, funciona más bien como una red, donde los equipos, las responsabilidades y los papeles de cada trabajador fluyen y cambian sin parar. “La jerarquía aquí es completamente plana”, asegura Hugo Fierro, un ingeniero español de 24 años que trabaja en la sede de la compañía en Nueva York. “Se tiene acceso a todo el mundo, incluidos los fundadores”.

La forma en la que Google intenta fluir se llama “regla del 70-20-10”. Ésta es la manera en la que los empleados distribuyen su tiempo de trabajo. El 70% deben dedicarlo al negocio principal, es decir, las búsquedas, Google aún debe el 99% de sus ventas a los anuncios insertados en su buscador.

En la búsqueda de los nuevos productos revolucionarios con los que Google alimenta continuamente el mercado, los ingenieros pueden dedicar el 20% de su tiempo. Investigan servicios no directamente relacionados con el buscador. Así surgió, por ejemplo, Google News, que localiza noticias entre medios de comunicación del mundo, o Gmail, el correo electrónico.

El 10% restante del tiempo puede usarse en desarrollar cualquier idea, por muy extraña, extravagante o absurda que parezca. Como, por ejemplo, construir el esqueleto de un Tiranosaurius Rex en uno de los jardines del campus.


Cómo se fomentan las relaciones personales
A los trabajadores no les gusta contar cuánto ganan, aunque confiesan que están bien pagos, y tampoco quieren hablar de los billares, los masajes, las pelotas gigantes, los juguetes de lego, los patines para recorrer los pasillos o las lámparas de lava que adornan las mesas. Lo cierto es que toda la empresa parece un gigantesco y comodísimo hogar, con sofás en cada esquina, comida y bebida en cada mesa, y hasta perros y fiestas. No hay horarios de trabajo, cada cual viene y va cuando se le antoja. Pueden vestir como les parezca, incluso en pijama o bermudas. Y todos los viernes se celebra el llamado TGIF o "Thank god its Friday" (gracias a Dios es viernes), y toda la empresa, incluidos los fundadores, se reúnen para cantar o comer. Google es flexible y generosa con sus cerebros. Pero también exigente.

No se contrata a cualquiera, para empezar. Un ingeniero con años de experiencia puede ser descartado porque sus notas de la universidad no son muy brillantes. Además, el riguroso proceso de selección incluye media docena de entrevistas personales y complejos cuestionarios para demostrar que, además de los más brillantes, son sociables, pueden trabajar en grupo y tienen intereses lejos de la computadora.


Cómo Google protege parte de su secreto
Para ser una empresa tan enamorada de los números, Google tiene alergia a develarlos. Al visitar Mountain View hay que hacerlo acompañado de un miembro del equipo de relaciones públicas que señala lo que se puede fotografiar y saber. ¿Cuántos empleados trabajan en Mountain View? No puede decirse. ¿Cuántos edificios hay en el complejo? Decenas. ¿Cuántos empleados hay en total en la compañía? Unos 10.000.

El secretismo de Google es otra de sus señas de identidad, y los ingenieros comulgan con este principio hasta el punto de negarse a desvelar en qué trabajan. La compañía asegura que ésta es sólo una manera de no dar pistas a sus competidores y que, al fin, y al cabo, es una empresa diferente.


Cómo busca Google
Louis Monier, creador del buscador Altavista, el líder hasta que apareció Google, ahora trabaja para su antigua rival. Y explica: “Buscar es una actividad central en internet, está en su mismo origen. Pero buscar es un término muy simple para describir una actividad muy complicada. Pongamos que un internauta introduce la palabra Saturno en su buscador. Espera que sepa discernir si se habla de un planeta o una marca de coches, si busca comprar o vender, quiere documentos o imágenes. Antes de Google, además, los buscadores se limitaban a organizar los resultados por el número de apariciones de la palabra en una página, y no por la importancia de ésta”.

Según asevera El País, los fundadores de Google investigaron cómo convertir la relevancia de una web en un algoritmo matemático. Volviendo al ejemplo, si uno busca datos sobre el coche Saturno, lo más probable es que quiera, en primer lugar, información oficial de la compañía, y no las miles de páginas que mencionan al planeta. Brin y Page decidieron que la mejor manera de determinar si una página era relevante para una búsqueda era premiar el número de veces que era enlazada por otra.

Es probable, seguía el razonamiento, que las críticas o artículos que hablan de Saturno contengan enlaces a la página principal de la compañía, así que ésa es la más importante para el usuario. Fue la primera vez que un buscador introducía relevancia social además de conceptos tecnológicos.

Fanáticos de la matemática, Sergey Brin y Larry Page, fundadores de la empresa, dieron vida al buscador a través de la patente 6.285.999 y, según revela el medio español, dedicaron su nombre al número que representa un 1 seguido por 100 ceros aunque, al parecer, deletrearon mal el resultado del cálculo. Era “Googol” en vez de “Google”.

Pero no fue necesario reformular esta identidad. De la mano de una página sencilla de manipular, desprovista de ornamentaciones, y fácil de cargar, ambos ejecutivos dieron con un activo que tuvo en el boca a boca a su principal herramienta de marketing. La publicidad dio su resultado y se ha traducido en cifras sumamente significativas para Google: 380 millones de usuarios al mes, U$S 9.000 millones en ventas y un valor en Bolsa de 145.000 millones de dólares.

Google gana su dinero gracias a los anunciantes que compran palabras en el buscador. Así, por ejemplo, si un internauta introduce la palabra “coche” en Google, verá los enlaces patrocinados. Las empresas que se anuncian allí han pujado por esa palabra, lo que significa que el precio de cada una de ellas es variable.

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